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SILLÓN RETAPIZADO CON PAPEL Y LÁTEX

¿Todos podemos reconocer un sillón de peluquería, no?
Pues sí, son cambios en la "pelu" de Sílvia que, evidentemente, agradezco enormemente pues supone nuevos retos y materia prima (un beso cuñada).
Bien, pretendo darle otro aire a la butaca ya que tiene su "qué": la altura es ajustable y la butaca muy cómoda así que intentaré introducirla en casa y ganar un sillón para el escritorio/habitación vale-para-todo.



Primero, forrarlo con la técnica del décopatch pero a la manera tradicional, es decir, con papel de regalo en este caso (en vez del papel carísimo que te venden para el decopatch) y con látex rebajado con agua (en vez del vitrificador).
Después consiste en ir troceando a mano el papel y ir tapando toda la superfície hasta cubrirla.



Una vez toda la superficie está cubierta y seca, la repaso con otra mano de látex rebajado con agua (un tercio de agua más o menos para mi gusto)
Las juntas del tapizado, y para darle un mejor acabado, las remato con cinta negra. Aquí interviene mi Sué (= suegra) quien, por supuesto, a partir de este momento pasa a ser la asesora técnica en la parte textil; y me suelta que la cinta tiene que estar cortada al "bies" para que no se arrugue en las zonas redondeadas; olé mi Sué, me acaba de abrir un mundo nuevo a explorar. Después de eso sólo puedo pasarme por una mercería y empezar a flipar. 
A lo que íbamos, 
los remates rematados, aquí los teneis:


Y de todo esto nace mi nueva butaca de escritorio.